En 2016 colgó las botas y se puso los zapatos para pasar del césped a los despachos. Tiempo después, apostó por “la estabilidad familiar” y dejó a un lado su relación con el fútbol, aunque no por completo. Eso parece imposible para alguien como Santi Santos. Uno de los nombres propios de la historia de la Cultural, emblema en una época complicada de la que también se sacan buenos recuerdos.
«Nos jugábamos mucho más que un ascenso»
“En la Cultural pasé buenos momentos, malos y muy malos”, recuerda ahora el entonces capitán, que prefiere quedarse con las alegrías vividas. Una de ellas, la mayor, fue en Oviedo, donde se consiguió el ascenso a Segunda División B en el año 2013. “Nos jugábamos mucho más que un ascenso, la supervivencia del club”, ya que “con el ascenso se dio la oportunidad de seguir en Segunda B y atraer inversiones”.
Un primer paso para lo que vino después. Un paso que colmó de orgullo a aquellos que formaban parte de aquel equipo: “Me quedo con haber puesto mi granito de arena para que la institución siga existiendo”. Con especial mención para los aficionados, la parte “más importante” de un club.
Años atrás, Santi Santos lideró a un equipo que vivió una temporada «muy complicada» en la que, tras conseguir el objetivo deportivo de la permanencia, acabó perdiendo la categoría en los despachos. «Recuerdo aquel partido en Zamora, donde la plantilla dio un paso al frente y al final hicimos lo que nosotros podíamos, que era lograr la salvación», apunta Santos.
«Mi sitio era León, me lo pedía el corazón»
Tras un año en Irún, regresó a la Cultural en Tercera División: «Mi sitio era León, era lo que me pedía el corazón». La decisión mereció la pena cuando en junio se logró el comentado regreso a Segunda División B. «Después mantuvimos la categoría y años después llegó a la Academia Aspire, que dio un salto en todos los sentidos al club», recuerda.
Hablar de su retirada es hablar de «un momento triste», apunta, ya que «podia haber estado un año más, pero siempre me he guiado mucho por el corazón y al final las prioridades en la vida eran otras en ese momento». La Cultural le dio la oportunidad de seguir ligado al fútbol y al club desde la secretaría técnica, donde «me encontré muy cómodo». Pero el paso del tiempo le llevó a tomar otro camino profesional, que no le ha apartado del todo del fútbol, ni de su Cultural.
«Sigo pendiente del equipo, aunque este año, por las circunstancias es complicado para el aficionado», señala. De lo visto, cree que «el equipo está en buena posición para avanzar a la siguiente fase», aunque remarca que «es una categoría difícil, más este año, y muchas veces el cartel de favorito, los jugadores o los presupuestos no te aseguran el éxito». Sobre el futuro, no descarta nada, después de acumular una formación futbolística, quizás se le vuelva a ver ligado al fútbol.
Foto: El Correo Gallego