El pasado sábado pasó algo en el Reino digno de mencionar y aplaudir a nuestra afición.
En el minuto 20 un balón sin apenas peligro llega a las manos de Sotres, no lo agarra firmemente dando lugar al remate de un jugador y al gol del Extremadura. Error del portero que es seguido de algún silbido hacia él, pero inmediatamente… el público empieza a aplaudir a Dani Sotres cada vez que tocaba la pelota. Y así fue durante todo el partido. Magnífica reacción de nuestro público y nuestra enhorabuena para la afición por ese signo de madurez y de empatía con el error de uno de los nuestros. ¡¡¡Gracias por ese bonito gesto!!!
Aprovechando la ocasión, compartimos una reflexión sobre el error, en el deporte y también en la vida.
El error, según los expertos, es una circunstancia que nos ayuda a mejorar y tenemos que quitarle importancia. ¡¡Tenemos que abrazar el error!! Errores se seguirán cometiendo inevitablemente y es la antesala de la mejoría. En el deporte, el jugador es el primero que es consciente de su error y es el que más sufre al producirse. La clave no está en el error cometido sino en la reacción posterior que se tiene, tanto por parte del propio jugador como de todos los que estamos alrededor, técnicos, público, periodistas, compañeros y directivos.
Partimos de la base de que en un equipo los aciertos y los errores individuales son del colectivo. Son de todos. Trabajamos todos para el conjunto y todos tenemos que contribuir a minimizar el error y contribuir a que las secuelas del error sean las mínimas y conseguir que se conviertan en una parte de la mejoría personal y colectiva.
Ante un error, ¿cómo debemos responder para generar una situación positiva según dicen los expertos?
- El jugador que lo comete: tener capacidad para olvidarlo rápidamente, sino la mente le va a jugar una mala pasada y arrastrará ese error durante todo el partido o partidos siguientes. Lo único que conseguirá es cometer muchos más errores. Y a veces nos martirizamos permanentemente hasta sentirnos cómodos en esa situación de víctima del error y eso es nefasto para la progresión.
- Los técnicos: proteger, animar y gestionar bien la corrección del error para que sirva de mejora en el progreso personal y colectivo.
- El público: sólo hay que ir al partido del sábado pasado para ponerlo por ejemplo y ver cuál es la reacción ideal. Los jugadores son miembros de nuestra familia culturalista y para ayudarlos hay que hacerlo con ánimos y con cariño, nunca con reproches y silbidos y menos durante el partido, mientras se está jugando y todavía hay opciones de cambiar un resultado. Tenemos que sumar, todos jugamos, no sólo los jugadores.
Invitamos a todos los que leéis este artículo a poneros en el lugar de un jugador cuando comete un fallo. Es fácil, pensar por un momento que el error lo comete un hijo, un hermano o incluso nosotros mismos. ¿Qué nos gustaría que pasara a nuestro alrededor? ¿Críticas, broncas y silbidos o aplausos, apoyo y ánimos? ¿Qué nos vendría mejor para superar el error y seguir dando todo? O en vuestro trabajo, ¿qué sería lo mejor? Sin lugar a duda ante estas situaciones solo hay una reacción deseable: El ánimo, el aplauso, el cariño…
¿Y cuál es la reacción ideal de los compañeros? La respuesta está en un partido de alevines de nuestro club. Ante un error del portero que dio lugar a un gol, todos se fueron instintivamente a abrazarle y formaron tal piña que parecía que era ellos quienes celebraban el gol. Los niños casi siempre nos dan lecciones. ¡¡Esa es la reacción acertada!! ¡¡No lamentarse ante el error de un compañero sino reaccionar rápido para abrazarle, animarle y hacerle ver que el error ya pasó!! ¡Ahora a por la siguiente jugada todos juntos!
¡¡¡La reacción del público del otro día fue digna de alabanza, agradecimiento y signo de que vamos madurando entre todos y construyendo un gran club ORGULLO DE LEÓN!!! Y también de orgullo de nuestra afición
Y todo ello asumiendo que seguiremos acertando y también fallando, pero sabiendo que cada vez que hay un error estaremos más cerca de esa mejoría permanente que toda organización debe tener.
¡¡Aúpa Cultu!!
