Fútbol detrás de la Plaza Mayor, el CD Ejido.

 

La primera mitad siglo XX marcó el nacimiento de una nueva época para la ciudad, pues esta vetusta urbe evolucionó hacia la moderna capital que quería ser. Se alzaron nuevos barrios superando los antiguos límites de las murallas romanas y de la cerca medieval. Uno de ellos fue El Ejido, un nombre que pasó a estar siempre vinculado al balompié leonés por dos vías: un templo y una familia.

En primer lugar hablamos del estadio de El Ejido, construido en los años 40 y que fue sede del Maestranza primero y de la Cultural después, debutando allí en Primera División. Pero el traslado a La Puentecilla no supuso su final, pues el campo siguió usándose en competiciones de fútbol modesto y juvenil durante unos años más, hasta que toda esta actividad se trasladó sobre todo a San Mamés.

Aquel ambiente futbolero nunca salió del barrio y terminó por eclosionar a finales de los años 70. Concretamente en 1978 se pusieron las bases para fundar esa familia que hoy es el CD Ejido. Los éxitos de aquel proyecto se vieron muy pronto, pues el 6 de septiembre de 1981 debutó en Tercera División, concretamente como local ante el Atlético Astorga con empate a uno. Así se estrenó el conjunto capitalino en aquel grupo VIII con equipos de las provincias de la Federación Oeste, pero con una importante presencia de leoneses. Sin embargo, no se pudo mantener la categoría, volviendo a esta de nuevo en la primavera de 1983.

Aquella temporada 1983-1984 deparó además una sorpresa muy especial para la ciudad pues tras décadas de ausencia volvieron los derbis capitalinos. Los recuerdos de los encuentros entre Júpiter, Cultural y Maestranza siguieron vivos en la afición de la ciudad, lo que aumentó la expectación por estos choques. Ambos se jugaron en el Antonio Amilivia, celebrándose el primero el 4 de diciembre de 1983 con el Ejido como local y con resultado de empate a cero. En el partido de vuelta se repitieron de nuevo las tablas, esta vez con empate a uno, siendo el último partido oficial hasta la fecha. De ese año también habría que destacar la visita de la Ponferradina en la que los bercianos vencieron por la mínima, despertando gran expectación en la ciudad. La última estancia del Ejido en Tercera data de la temporada 1988-1989 en la que la permanencia se escapó por apenas dos puntos. Desde entonces, la entidad vivió un cambio radical al comenzar a desarrollar una de las canteras más potentes de León, aunando a esta estructura, al campo de La Granja y al propio barrio en esa identidad que hoy significa el nombre del CD Ejido.

No sólo merece la pena hablar de ellos porque a día de hoy sea uno de los Clubs convenidos con la Cultural, hay un motivo mucho más profundo, quizás incluso romántico. El fútbol leonés de las últimas tres décadas, tanto de la ciudad de la provincia, no se entiende sin ellos, no hay futbol leonés sin Ejido. Y ojalá el excelente trabajo de base pueda traducirse pronto, por qué no, en una vuelta al ruedo de la Tercera División.

 

Por Rodrigo Ferrer Díez