Recuerdos del Culturalismo: Albiceleste

Argentina es un país muy especial en muchos sentidos. Uno de ellos es la pasión por el fútbol. Si un día nos sentáramos a escribir toda la historia del balompié mundial (cosa que nos llevaría muchos volúmenes), este sería uno de sus pilares. Maradona, Messi, Kempes, Valdano… la rivalidad River-Boca… no entendemos nuestro deporte sin ellos, sin el pueblo argentino. Toda esa pasión, toda esa leyenda, se concentró en torno a la albiceleste entre el 1 y el 25 de junio de 1978.

Los mundiales fuera de Europa siempre tienen algo especial, por lo exótico, los campos, la diferencia horaria… quién sabe. En cualquier caso, España estaba muy ilusionada después de haber faltado a la cita anterior, el mundial de Alemania Occidental de 1974. La llegada a esta cita nos deja un dato especial: desde ese año, nunca hemos faltado a ninguna de la mayor de las citas del deporte rey.

La España dirigida por Kubala se encuadró en el Grupo 3 de los cuatro que formaron la fase inicial. Los compañeros de viaje fueron Austria, Brasil y Suecia. Las cosas empezaron mal con una derrota ante Austria. El empate a cero ante Brasil y la victoria ante Suecia no fueron suficientes para llegar a los preciados cuartos de final. El mítico balón de aquel tiempo, el Tango, no dio suerte a nuestros Pirri, Arconada, Quini, Juanito, Santillana etc. Aún así, la ilusión de volver a estar entre los grandes de nuestro deporte llegó para quedarse.

Mientras la selección luchaba por estar entre los mejores, 1978 estuvo marcado por el asentamiento de aquella nueva categoría, la Segunda División B, de muy reciente creación. La Cultural no había perdido la ilusión por volver a una Segunda División abandonada tan solo tres años antes. La economía empezaba a apretar y la directiva de José Elías Fernández Lobato buscaba alternativas para financiar el club. De hecho, entre las rifas y sorteos que se hicieron para conseguir fondos, en las que llegó a haber un piso, había viajes, alojamientos y entradas para partidos del mundial. La cita era muy especial.

La Cultural estaba en el Grupo 1 de Segunda B. Se veía viendo la gran competitividad de la categoría con equipos como Ourense, Mirandés, Racing de Ferrol y filiales de equipos de Primera. Hubo muchos momentos en los que los nuestros mostraron una gran imagen a lo largo de la temporada e incluso en la Copa del Rey ante Avilés y Real Oviedo.

El equipo terminó en una meritoria sexta posición y con la esperanza de subir un escalón más para la siguiente temporada. Una vez cerrada la liga ante el Huesca, tocaba mirar al otro lado del océano y cambiar el blanco por el rojo. Sin duda fueron tiempos emocionantes para vivir.

Rodrigo Ferrer Diez

Historiador de la Cultural y Deportiva Leonesa

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