En los sitios en los que tenemos el orgullo de reconocer el valor del pasado para entender y mejorar el presente, tendemos a idealizar ciertas épocas y desechar todo lo que se salga de ellas. Pasa en muchas partes del mundo y en muchos aspectos de la vida. En lo que a Culturalismo se refiere, quizás pequemos un poco de ese mínimo vicio. Tendemos a glorificar momentos de nuestro pasado como club que sin duda fueron inigualables (principalmente el paso por Primera y la primera mitad de los años 70), sin embargo, de una forma o de otra, todos y cada uno de los días de existencia de nuestra Cultu tienen su valor.
Recientemente vivimos una época que fue bastante bonita, aunque quizás ahora no nos guste mirar a ella porque no terminó del todo bien. Me refiero a lo que fue el paso entre los siglos XX y XXI, los años en los que nuestro feudo fue el Área Deportiva de Puente Castro, días que tienen su parte de valor en la historia del club y de la propia ciudad. El Área Deportiva tardó unos pocos meses en construirse y se inauguró el 15 de noviembre de 1998 en una ceremonia previa al partido oficial Cultural-Zaragoza B. Aquel lugar no era simplemente una instalación, era un símbolo, era cumplir una reivindicación del deporte leonés que desde hacía décadas pedía unas instalaciones dignas para el fútbol de una ciudad que aún sentía inquietud por las cosas. El Área era la visión real del gran proyecto en el que se empezaba a volcar toda la ciudad y que quería llevar a la Cultural a Segunda División 25 años después. Ahora teníamos una ciudad deportiva, como los clubs serios. Y si a eso le sumabas lo que se estaba construyendo junto al Palacio de Deportes?
Entre noviembre de 1998 y mayo de 2001 jugamos tres emocionantes temporadas y una Fase de Ascenso para olvidar. Hubo sitio para todo, para grandes tardes de gloria y para lo contrario. Incluso hubo sitio para que el filial firmara grandes tardes en otra hermosa página para la historia. Quizás la mejor tarde vivida allí fue precisamente la última. Nuestro club había hecho una buena temporada pero no lo suficiente para asegurar cómodamente la plaza en la Fase de Ascenso. Los blancos tuvieron que jugarse el pase ante otro aspirante como era el Real Unión de Irún el 13 de mayo de 2001. Además había un incentivo, si se jugaba la Liguilla, esta serviría para iluminar el nuevo estadio. Aquel dos a cero supuso poder disfrutar de otra oportunidad de ascender y también una despedida entre la tristeza de dejar el noveno estadio de la historia de la Cultural y la alegría de pasar a ocupar uno de los mejores de España.
La Segunda B se fue pero la cantera se quedó, el fútbol modesto se quedó, el fútbol femenino se quedó, el rugby se quedó? y ahora podemos pasear por los cuatro campos del área y recordar esos días. Seguro que aún queda sitio para buenas alegrías allí, al fin y al cabo, por haber, hasta Zidane tuvo su sitio en el Área.
Video: https://www.youtube.com/watch?v=AYAWBlJuqT4
Por Rodrigo Ferrer Diez