Recuerdos del Culturalismo: ¿Este domingo hay fútbol?

Cuando uno va haciéndose mayor y ve cómo va avanzando esta sociedad, se va dando cuenta de cómo los cambios no afectan por igual a todas las generaciones, algo que a priori parece lógico pero que tiene mucho más sentimentalismo del que parece. Ahora estamos en la era del WhatsApp y del Twitter, de la información al instante, de lo global? pero no siempre fue así. Las generaciones que van llegando se van acostumbrando a este mundo, pero los que venimos de más atrás, no podemos evitar pensar en cómo eran las cosas antes.

Tirando del hilo del recuerdo habría quien recuerde lo que era seguir los partidos por el teletexto, más atrás habrá quien se acuerde de tener que esperar a ver el periódico al día siguiente, más atrás de la radio? pero todo ello tiene un punto común, un elemento que ha sobrevivido a todo esto y que ha permanecido casi inmóvil hasta nuestros días: los carteles.

Antes de que la locura de la tecnología arribara a nuestras vidas, prácticamente era la única forma de hacer llegar al público la fecha, hora y rival de los partidos. No todo el mundo leía el periódico, no todo el mundo tenía radio, y quien tuviera radio o periódico no tendría por qué pararse en la sección de deportes. Sin embargo, quien pasara por delante de un bar o un local y viera el cartel, quedaba informado.

Estos además tenían otra importante labor: definir el sentimiento. El bar, la tienda o el kiosco que pusiera en su puerta un cartel de la Cultural se estaba definiendo como parte de aquella gran familia. Esto era doblemente útil en los momentos en los que hubo más de un equipo de la ciudad en la categoría, generalmente en referencia a Cultural y Júpiter, dos equipos en un sentimiento que tenía que enfrentarse ante los mismos rivales y que ampliaban por tanto la oferta futbolera de la ciudad.

Esta particular fórmula de información hoy constituye un tesoro. De tantos y tantos carteles como ha podido haber a lo largo de la ciudad y de la provincia en los últimos 90 años, apenas quedan ejemplares antiguos, y los pocos que hay, constituyen una auténtica joya. Tanto es así que el museo de la Real Federación Española de Fútbol custodia en un sede de Las Rozas uno de un partido de Copa del Generalísimo de 1954 entre nuestra Cultural y el Sevilla CF.

Hoy seguimos viendo carteles en bares, en tiendas, hasta en la Estación de Autobuses. La esencia de definir el sentimiento y sobre todo, de hacer a toda la ciudad y provincia partícipe de este gran proyecto, sigue siendo la misma. Al fin y al cabo, no se puede negar el gustín que da salir a la calle y ver nuestro escudo por las calles de León, ver a todos en el mismo barco. Y que siga así por muchos años.

Por Rodrigo Ferrer Diez

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