Recuerdos del culturalismo: La conquista del Miniestadi.

Al final lo que muchos temimos se cumplió. Había quien quería al Albacete, por aquello de ser un rival que ya conocimos en la Copa del Rey, y sobre todo, al que ya derrotamos. Otros preferíamos al Lorca, quizás por las noticias que nos llegaban y que nos hacían pensar que podríamos tener más posibilidades, dentro de lo que cabe claro. Pero lo que casi nadie queríamos era tener que ir al Miniestadi barcelonés, y efectivamente, es donde nos ha tocado.

Hace unos días, con unos periodistas leoneses, tuvimos la oportunidad de hacer un repaso a las fases de ascenso de nuestra historia. Allí apareció la ocasión de desvelar una frase que no debemos perder de vista: “las fases de ascenso de la historia de la Cultural tienen más sombras que luces, pero esas luces son muy brillantes”. Efectivamente, hay motivos más que de sobra para el optimismo. El próximo domingo, no será la historia la que salte al césped del Miniestadi, pero cierto es, que nuestros ánimos muchas veces dependen de las filias y las fobias de nuestra memoria.

En las últimas dos décadas han existido tres modalidades de fases de ascenso. La primera era la formada por una liguilla de grupos, cuatro grupos formados por equipos de distintos grupos y posición final que durante seis jornadas luchaban por un ascenso que solo alcanzaba el primero de cada grupo. En este complejo sistema la Cultural supo ascender de Tercer a Segunda en la temporada 1994-1995, una etapa de transformación para nuestra historia y todo un antecedente de una Cultu, que como la nuestra, quería volver a ser algo grande. El segundo modelo era el que enfrentaba a los equipos en eliminatorias, ascendiendo los que superaran dos cruces, un sistema que nuestro club no llegó a conocer. Por último, el sistema actual, que prima a los líderes y complica la vida al resto.  La barbaridad de tres eliminatorias hace una gran selección de los equipos más fuertes. Una vez más, nuestro club sabe lo que es ascender así, como hicimos en 2013, cuando supimos superar a Unión Viera, Atlético Mancha Real y Universidad de Oviedo. Ahora empieza una nueva historia, una nueva página.

Creo que ya podemos decir que hemos roto todos los gafes, maldiciones, males de ojo etc. que siempre hemos pensado que pesa sobre nuestro club. Cuando peor estaban las cosas, sobrevivimos. Cuando hubo que recuperar el sitio en Segunda B, lo recuperamos en tres eliminatorias y sufriendo lo indecible. Cuando estábamos a punto de cerrar, apareció la mano de Aspire. Cuando podía tocar cualquier grande de Primera en Copa, nos tocó el Real Madrid. Cuando parecía que esta afición no daba más de sí, llenamos tres veces seguidas el estadio. Cuando perdimos el liderato, no solo lo recuperamos sino que, entre todos, fuimos capaces de defenderlo. Y ahora aquí estamos, a 180 minutos de escribir nuestra propia leyenda, ¿enserio debemos seguir hablando de gafes? Se acabó. La mejor Cultural de la historia ha vuelto.

Rodrigo Ferrer Diez

Historiador de la Cultural y Deportiva Leonesa

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