Recuerdos del Culturalismo: La Corredera, el primer trono blanco.

Imaginaos la ciudad de León en el verano de 1940. Una urbe pequeña, con mucho por construir, un ensanche por terminar, y un miedo a lo que ha sucedido en los últimos años que va a tardar décadas en desaparecer. Una ciudad gris, triste, estancada? Una ciudad que necesita una esperanza, una pausa en la dureza del día a día para salir adelante. Ese es el papel de nuestra Cultural, ser la luz que guiara las ilusiones de ocio de la sociedad leonesa. Y lo hace (o lo hicimos, por qué no) desde La Corredera. Cuando alguien se atreve a hacer algo tan tremendamente difícil como es la historia, se arriesga a cometer errores ?me incluyo claro?, siendo uno de ellos el de pensar que el grueso e imponente muro del convento de los Capuchinos de León tuviese algún día el honor de ser la muralla de la ciudad.

Junto a aquel emblemático lugar y a la leyenda que recorrió las calles de la ciudad durante décadas, aparece un rectángulo verde con una coqueta tribuna de madera elevada unos metros sobre el suelo. Es el campo de La Corredera. Allí nuestra Cultu dio sus primeros pasos en esa nueva vida tras la Guerra Civil, y a la vista de los acontecimientos, no fue mala plaza. Solo hay que ver cómo fue el primer día, un siete a cero ante la SD Ponferradina el verano de 1940. Aquí se vivió una de las grandes hazañas de nuestro tiempo, lo que supuso la consolidación de ese nuevo proyecto: en 1942 se ascendió a Segunda División. León volvió a estar de moda. Ese primer y brillante mandato de Antonio Amilivia, llegó a mantener durante tres años a nuestro club en la segunda categoría del futbol nacional.   

Con siempre, las cosas buenas tocan a su fin, y aquí llegó de la forma más dura. Tras la crisis del caso del partido amañado con el Albacete en 1947 los recursos fueron acabándose, tanto que no quedó ni para el alquiler. Así, con un desahucio y un prematuro traslado al Estadio Hispánico terminó la historia de nuestro club en La Corredera, de forma injusta para las tardes de gloria que allí se vivieron ante rivales del nombre de Salamanca, Racing Ferrol, Sporting de Gijón, Real Valladolid, Racing de Santander,  Real Betis, Zaragoza, Murcia, Xerez?

Ese fue el precio que hubo que pagar por estar en el mapa, porque la gente de aquella España vetusta y gris supiera de León por su presente más que por sus hazañas medievales, la gloria se pagó con el más absoluto olvido. La tribuna de madera se desmontó y se trasladó al campo de El Ejido, los muros se abandonaron, la mala hierba ocupó el resto. Hay quien muchos años después aún recuerda el espacio vacío que tantos vítores y ovaciones arrancó. Al final, el peso del progreso pudo al de la nostalgia, y el hambre feroz de aquel León de mitad de siglo ocupó con sus casas, sus calles y sus coches aquel sitio que fue tan nuestro como hoy es el Reino. Desde luego el cambio fue para mejor, pero el olvido es la peor de las injusticias. En La Corredera, León estuvo de moda, ¿y cuándo dejó de estarlo?

Rodrigo Ferrer Diez

Historiador de la Cultural y Deportiva Leonesa

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