Recuerdos del Culturalismo: Nuestra Edad de Bronce.

Los culturalistas tenemos una historia tan ampliaque hemos vivido de todo, bueno y malo. Sin embargo, a veces cometemos el error de hacer esta relación: etapas buenas=ascenso, etapas malas=no ascensos. Hay épocas complicadas con ascenso y hay otras que si bien no terminan como nos hubiera gustado, son bonitas porque nos hicieron vivir emociones, nos hicieron soñar y las guardamos en nuestros corazones por unos motivos o por otros.

Son las edades de bronce. La edad de oro de nuestro club tiene unas fechas muy claras, 1953-1958, cuatro temporadas en Segunda y una en Primera. La de plata, 1970-1975, desde aquel glorioso ascenso bajo la lluvia ante el filial del Athletic de Bilbao hasta la última temporada en Segunda. ¿Cuál es entonces esa edad de bronce? En cierto modo se puede considerar que es todo ciclo de especial relevancia para cada culturalista. Si atendemos a resultados, quizás sea el vivido aproximadamente entre 1998 y 2004, que además coincide con la llegada de este que escribe al mundo del culturalismo.

Firmábamos nuestros primeros partidos en el entonces Nuevo Amilivia. ¡Cómo olvidar la ilusión que despertaba aquel templo del balompié! Seguíamos a diario las obras de aquel campo, nos ilusiona ver las fotos en prensa y hasta quién no se acuerda de aquella maqueta que se podía conseguir con un periódico local? Eran los tiempos de la camiseta precisamente con el nuevo estadio, los días en los que nuestro club aparecía en televisión los viernes en La 2. Era el tiempo de aquella pareja Ángel Luis-Villafañe, un centro del campo leonés y de la casa que tantas veces sirvió de inspiración. Los que jugábamos en el parque o en el colegio entonces, no queríamos ser Raúl, Valerón o Rivaldo, queríamos ser como ellos, queríamos tener la velocidad de César Villafañe, la seguridad de Ángel Luis, y otra cosa que queríamos ser, pero ya al alcance de pocos, era enchufarlas como lo hacía Ballesteros.

Estos eran años en que nuestra Cultural tenía la imagen de lo peor que le podía pasar a un equipo ?daba igual la categoría? en la Copa del Rey. Los años de jugar de tú a tú con el Atlético de Madrid, del Deportivo de la Coruña, de eliminar al Racing, al Rayo Vallecano, al Albacete? equipos entones de Primera. Aquel día a día era bonito, la Cultu estaba de moda.

A pesar de que no tuvo el final que quizás debió ser, y seguro que hay hasta quien piense que no es lo mejor acordarse ahora de todo aquello, debemos recordar. Al fin y al cabo, no solo es una parte muy importante de la historia de la Cultural como institución, es también una parte muy especial de la vida de muchos de nosotros, y como pasa en todas las cosas de la vida, hubo que pasar por aquellos días para llegar hasta aquí.

Rodrigo Ferrer Diez

Historiador de la Cultural y Deportiva Leonesa

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