Recuerdos del Culturalismo: Robo (Parte 1)

Luis Enrique ya es patrimonio del fútbol español. La excelente labor realizada en la primera Liga de las Naciones y en la extraña Eurocopa de 2020 (o 2021), le aseguran su sitio en la historia de nuestro deporte. Sin embargo, antes de eso, y dentro de su gran trayectoria como futbolista profesional, fue protagonista fortuito de uno de los episodios, más lamentables del fútbol español: el codazo de Tassotti. El propio asturiano ha dado por zanjado el asunto después de tantos años, pero inevitablemente tendremos que hablar de ello.

Pero empecemos por el principio. El mundial de 1994 se celebró en los Estados Unidos, un país en el que el fútbol (por un lío relacionado con la marca del fútbol americano allí lo llaman soccer), era el deporte más seguido solo por detrás del fútbol americano, el baloncesto, el béisbol, el hockey sobre hielo, el golf y las carreras de Nascar. Al menos en el masculino, pues en fútbol femenino sí eran (y son) una potencia mundial y un deporte muy practicado entre las estadounidenses.

España ya era una fija en las citas mundialística, aunque venía de un año agridulce. En 1992 se conseguía el oro Olímpico en Barcelona, pero no se logra participar en la Eurocopa de Suecia. ¿Qué podría hacer la propuesta del seleccionador Javier Clemente en este evento? Veamos, España fue una de las 24 participantes y quedó encuadrada en el Grupo C junto a Alemania, Corea del Sur y Bolivia. Los empates ante coreanos y germanos y la victoria ante los andinos sirvió para estar en octavos y el tres a cero endosado a Suiza, para llegar a cuartos.

Allí esperaba Italia. El partido fue muy igualado aun con los italianos por delante en el marcador. Ya en el descuento, Luis Enrique recibió un codazo dentro del área que incluso le provocó sangre… Pero el árbitro no lo vio, de lo contrario habría sido penalti para España y la historia podría haber sido muy diferente. Tras esta polémica, en España se empezó a pensar que, a pesar de todo, y tras haber plantado cara a la que luego sería finalista, sí se podía soñar. Tocaba entonces, mirar a Francia 98.

La afición culturalista fue testigo de todo aquello después de vivir uno de los momentos más dramáticos de la historia reciente del club: el descenso a Tercera División. La Cultural llevaba en Segunda B desde la ampliación a cuatro grupos de 1987. Incluso de inicio de liga fue perfecto, venciendo por un gol a dos a la Ponferradina en Fuentesnuevas. También se firmó una buena participación en Copa del Rey a finales de 1993. Los problemas institucionales, las deudas y la constante injerencia del Ayuntamiento en el día a día del club no dejó a la directiva de Barrioluengo armar un bloque de garantías. Las malas sensaciones se confirmaron con el empate en la última jornada ante el Tomelloso, otro de los implicados en la lucha por la permanencia. Volvimos a Tercera División, al barro de la categoría autonómica, con mucho que reconstruir, pero también con mucho que soñar.

Rodrigo Ferrer Diez

Historiador de la Cultural y Deportiva Leonesa

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